La bodega y Viña Khirimarca, es una Viña familiar que nace el año 2015 en la localidad de Salamanca, precisamente en el vecindario de El Queñe, fruto de una ilusión, un compromiso y mucho trabajo.

Esta tradición familiar llegada desde Rusia además del aporte cultural evidente, ha aportado parte del conocimiento para la elaboración de nuestros Vinos. La ilusión de forjar una leyenda, la ilusión por materializar eso que todos llevamos dentro y que nos da sentido a nuestras vidas, alcanzar un sueño, que como decía Coelho, se persigue prestando atención a las señales que nos ponen en el camino para escribir nuestra leyenda personal.

 

El compromiso por recuperar lo mejor de una uva legendaria, llamada Pedro Jiménez.

 

Y el trabajo de arduo de la familia, un trabajo duro, a veces ingrato, pero siempre imprescindible. Donde todos por iguales y con la humildad que nos define convirtiéndose cada día en también humildes leyendas de vida.

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El año 2015 partimos con este proyecto. Hoy somos muchos más los que aportamos lo que tenemos para contagiar a otro. Como familia tenemos claro el objetivo, lograr que nuestros vinos, sean por excelencia los mejores, traspasen fronteras y eleven esta variedad, a un lugar notable.

Esta tradición familiar es la que impulsa la Bodega y Viña Familiar Perez-Kucharevic, en el corazón del Valle del Choapa, a los pies del cerro El Queñe y rodeada de 10 hectáreas de las cuales el 50% son viñedos, la bodega responde a una filosofía que siempre tuvimos como fundadores, se trata de un espíritu de acogida y atención al visitante.

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Un lugar donde conocer y disfrutar la experiencia del vino, rememorar historias recorriendo sus parajes y su cueva de enriquecimiento del vino en barricas de roble francés y/o americano.

La familia Pérez – Kucharevic, está directamente vinculada al cultivo de la vid desde el año 2015. Gracias a que don Carlos se enamora de la señora Veronika Kucharevic, oriunda de Rusia, Ella abandona y deja sus verdes y fríos valles para asentarse en Salamanca, Valle del Choapa Chile, trayendo consigo la sabiduría del conocimiento del vino.

El destino quiso unir en matrimonio a Carlos y Veronika, que posteriormente fue cuidada y acogida por el resto de la familia.

Empieza así la tradición vitivinícola de nuestra familia, en lo referente al cultivo y producción de vinos comenzando la primera producción en 2015.